CENTRO DE PENSAMIENTO ANALFE - CPA

Analfe creó el Centro de Pensamiento Analfe (CPA), como área interna dedicada a la investigación acerca del modelo y de la economía solidaria, con el propósito de generar conocimiento acerca del sector, como insumo fundamental para la toma de decisiones de los fondos de empleados, así como de los actores vinculados.

El Observatorio Socioeconómico  publica periódicamente las principales cifras de los fondos de empleados, que dan cuenta del desempeño económico y financiero de estas organizaciones, como instrumento fundamental para hacer un seguimiento fundamentado en cifras oficiales.

Reportes Observatorio Socioeconómico de los  Fondos de Empleados

Investigaciones  CPA

1998

Serfiscal

Por iniciativa de Analfe, varios revisores crean Serfiscal, como empresa para la prestación de servicios de Revisoría Fiscal, especialmente para el sector de la economía solidaria.

Conclusiones

El mercado de trabajo en Colombia ha presentado fallas estructurales que lo llevan a tener tasas de desempleo persistentemente altas, con especial dificultad de empleabilidad en jóvenes y mujeres. En este contexto, el sector fondista puede ver su base social disminuida con el tiempo, al no contar con un cambio generacional en la población beneficiaria de los Fondos. Por esta razón, es de vital importancia para el sector monitorear constantemente la dinámica laboral del país, principalmente la de los ocupados con contrato fijo o a término indefinido.

El caso de las mujeres es preocupante en todas las edades porque tienen menos probabilidad de emplearse que los hombres; aunque tienen mayor nivel educativo, dedican más tiempo a laborales del hogar no remuneradas y permanecen más tiempo en la inactividad. A ello se le suman los menores ingresos, y una menguada estabilidad laboral como dependientes, lo cual incide en que, en general, disminuya su probabilidad de asociarse a Fondos de Empleados. Para cambiar la situación, se pueden generar incentivos particulares para que las mujeres que cumplan las condiciones establecidas puedan participar o crear Fondos de Empleados. Por esta razón la política pública de incentivos a los Fondos debe tener un aliciente especifico, dirigido a la brecha de género.

Otro punto importante para la base social es el de los jóvenes. Son una generación más educada que las anteriores, con inversiones en escolaridad importantes de los activos de las familias (muchos con créditos del sector fondista), que no tienen altas probabilidad de ocuparse en el corto plazo; en cambio, permanecen más tiempo en la búsqueda de empleo por falta de experiencia laboral y a la espera de mejores empleos con protección social y salarios altos. Esta dinámica ha llevado a esta población a tener menor probabilidad de emplearse que los adultos durante años, pero con la particularidad de que los jóvenes son quienes pueden cumplir con la condición de formalidad que exigen los Fondos para pertenecer a estos.

Es decir que los jóvenes, producto de su alta escolaridad, son quienes más podrían acceder a empleos con contactos a términos fijo o indefinido, en empresas de más de 10 trabajadores, pero no son quienes más participan. Al contrario, su dinámica de ingresos y de ahorro es más baja que los adultos y no están dando el salto que normalmente irrumpe en los cambios generacionales en la economía. Ante esta situación, se debe hacer una política pública de incentivos también específica para los jóvenes, con el fin de no correr riesgos con la base social en los próximos años, y con el propósito de dinamizar la empleabilidad de los jóvenes con alta educación, pero baja experiencia, lo cual también es de bastante interés para aumentar la productividad de las empresas.

Por otro lado, estos problemas de empleabilidad responden a la segmentación laboral tan alta en el país, la cual no solo afecta la productividad de los trabajadores sino el bienestar y la protección social. Este panorama hace que los Fondos de Empleados vean limitada su capacidad de beneficiar a muchos más trabajadores de la dinámica del mercado de trabajo formal, que es casi la mitad de todos los ocupados del país. De este grupo, no todos cumplen con las condiciones de dependencia laboral y, por tanto, hacen más restringido el acceso a los Fondos. Solucionar la informalidad laboral pasa por mirar el comportamiento de la oferta de trabajo; es decir, las condiciones de los trabajadores, pero también de las empresas, las cuales son más dinámicas en sectores que demandan menos mano de obra formal y crean una brecha de demanda de trabajo y calidad en las vacantes en la economía.

Recomendaciones

  • Es necesario incrementar las campañas de divulgación y publicidad sobre los beneficios y servicios que ofrecen los fondos de empleados.
  • Se requieren acciones de capacitación sobre el espíritu de los fondos de empleados y del modelo solidario.
  • Tener en cuenta que las tasas de interés favorables constituyen el principal atractivo para que más personas ingresen a los fondos de empleados.
  • Es preciso fomentar una mayor oferta de programas de bienestar, tales como auxilios educativos, formación no continua y fondos sociales.
  • Se necesita incrementar la pedagogía sobre el modelo fondista y el sector solidario, en general, para que los empleados los perciban como un instrumento de desarrollo social integral, más allá de los servicios de crédito.
  • Se debe sensibilizar a las empresas respecto a los beneficios que representa canalizar sus recursos de bienestar a través de los fondos de empleados.
  • Resulta pertinente desarrollar una mayor cultura del ahorro entre los asociados.

Recomendaciones

  • Los fondos de empleados deberían ampliar la oferta de servicios, incluyendo temas trascendentales como la salud física y mental de los asociados, con mayor énfasis en la cobertura suficiente para las personas de más bajos ingresos y que poco capital humano (educación) están acumulando.
  • Un tema de alta importancia es el de la mujer. A pesar de que esta población, constantemente, mostró mayores niveles de afectación antes y durante la pandemia, no fue objeto de una atención focalizada por parte de los fondos. Ante esta revelación, queda el reto de que los fondos piensen en generar una política de inclusión de género en sus programas, en tanto es población vulnerable.
  • Se hace necesario incrementar esfuerzos para generar programas destinados a personas de bajos niveles educativos y de bajos ingresos, puesto que, de acuerdo con los resultados del estudio, este grupo poblacional se caracteriza por hacer menor uso de los servicios de los fondos de empleados, que puede ser el que más los necesite. Esto también se refleja en la buena percepción que se tiene de los fondos, que, aunque es buena, no llega a los niveles de satisfacción que muestran las personas de altos ingresos.
  • Los fondos de empleados deben prestar especial atención a la concentración de los servicios y beneficios relacionados con la vivienda y la educación. Según el estudio, el menor acceso a estos dos rubros se registra en el grupo poblacional de más bajos ingresos y bajos niveles educativos. Sería muy conveniente que el Estado amplíe la participación de los fondos puedan participar en los créditos de vivienda.
  • Uno de los principales desafíos de los fondos de empleados consiste en ayudar a que las personas asociadas ahorren cada vez más, con el fin de afrontar, de mejor forma, las eventuales crisis futuras.

Recomendaciones

  • Es importante que Analfe refuerce los canales de asistencia técnica para los fondos de empleados de Tercer Nivel de Supervisión, específicamente en cuanto al conocimiento de la normatividad y a los procesos relacionados con el reporte a la SES. Todo ello en el marco del fortalecimiento institucional, inmerso en el Plan Estratégico del gremio.
  • Es imperioso que los fondos de empleados más pequeños reciban una capacitación permanente por parte de la Supersolidaria para estimular el cumplimiento de los reportes obligatorios, mediante la comprensión de las directrices y el acceso oportuno a los cambios normativos.
  • Los fondos de empleados deben prestar especial atención a la idoneidad de los profesionales relacionados con los reportes (contadores, revisores fiscales y asesores).
  • Se considera oportuno generar campañas de comunicación en las cuales se haga énfasis en los riesgos sancionatorios por no reportar a la Supersolidaria, pero también en los beneficios asociados a este proceso, especialmente en términos de reputación del sector fondista.
  • Es preciso implementar procesos de capacitación tecnológica para los fondos de empleados, especialmente a los de Tercer Nivel de Supervisión, para facilitar el manejo de los aplicativos necesarios para gestionar los reportes a la SES.